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Mr Jahir Vargas

A producir mano

Producir

A producir mano, puede ser un momento extraño en la vida, aun así es algo que le pasa a todas las personas. Es un momento tan intimo que generalmente se guarda para no contar.

Cada quien va escribiendo la historia de su vida como la puede vivir. Todo va de acuerdo a como las circunstancias que creemos, son las que nos toca experimentar y producir. No es desconocido para nadie, que vivir una «vida perfecta», no es del todo cierto.

Muchas familias viven con la herramientas que lograron conseguir, convirtiendoce en el sustento fijo y propicio a heredar. Ciertamente así inician las tradiciones.

La historia de hoy es de mi amigo Andrés. Un hombre joven que al principio no gustaba de nada más que de su propia valía y pensamiento estrictamente critico. A veces le intentaba platicar sobre metas, sueños, aspiraciones y muchas cosas más. Pero en las dimensiones de su anterior mente, no entraban estos extraños pensamientos.

«A producir mano» le decía su papá, cuando le hablaba de la vida y de como ganar suficiente para el sustento familiar.

Sin embargo, en el pensamiento de Andrés yacía una semilla de algo completamente diferente. Ni siquiera él mismo comprendía de donde conseguiría tal sensación. Su pensamiento crítico lo obligaba a centrarse en su herencia familiar.

En todo caso comprendió, que producir su propia historia tenía y tiene más sentido, que repetir la historia que podía ver ante sus ojos con sus padres.

En la sociedad latino americana, de los padres a los hijos se pasa un pensamiento que es más un mal consejo, que cualquier otra cosa. Se trata de insistir en DECIR «mijo estudie que es lo único que le queda para que sea alguien en la vida».

Sin temor a equivocarme voy a plantar mi punto analítico y aportar un comentario: ésta frase es más un pésimo consejo, y una instrucción muy mal encaminada al mismo futuro decadente que repite el presente, en la vida de una persona que tiene la oportunidad de escribir su propia historia.

Ahora continuemos: Dos premisas chocaban en la mente de Andrés, como dos lobos hambrientos y furiosos en batalla por una presa. Siendo ésta el propio jardín de su mente, donde cualquier cosa puede germinar, dirigiéndolo a un destino que nadie más puede vivir.

Sin embargo, Dios permite que cada persona viva para producir su propia historia. Así pues que algunas herramientas y consejos ha recibido. Por muchos libros paso y entendido, con sus propios ojos a visto la experiencia de vida en muchas otras personas.

Nuestras conversaciones fueron cada vez más interesantes. Ambos siendo cristianos, tenemos muchos puntos de conversación. Sin embargo las experiencia en la vida, desbalanceaban la armonía de la amistad, por breves momentos. Así que a veces compartir fue la mejor decisión.

Somos habitantes de un planeta encantador. Porqué limitarnos, cuando la historia de cada vida se escribe a diario. Producir esa historia es el verdadero objetivo, para una «vida perfecta».

Mi amigo Andrés a quien aprecio tanto, tiene un nuevo pensamiento, claro siempre sobre principios de vida solidos. Pero su pensamiento de hoy, lo ha llevado a tomar la pluma sobre el pergamino, solo para redactar con su propia tinta y estilo, el camino que quiere recorrer.

Pienso que a éstas alturas de la historia, ya se sabe que semilla germinó. Y ahora que surgen los frutos de muchos lugares por visitar, muchas persona que conocer, y más aun, sueños por conquistar.

Las metas están ya escritas y posterizadas. El horizonte marca el siguiente objetivo en la lista. Entonces mi amigo Andrés, me queda solo darte un pequeño impulso y «¡A producir mano!».

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